Con el verano llegan muchas frutas aptas para realizar mermeladas y confituras muy sabrosas. En mi caso prefiero las confituras puesto que permiten un tiempo de conservación mayor.
En este mes de julio he preparado 10 kilos de cerezas y 20 de fresas, el resultado casi 100 botes de una exquisita confitura, como las de mi abuela.
Para los que se atreven os dejo la receta de la de fresas, siempre la más apreciada por todos:
para 1 kilo de fruta, 800g de azúcar blanca y nada más.
Se limpia rápidamente la fruta bajo el grifo y se deja escurrir un buen rato.
Luego se quitan las hojas y se trocea en dos o cuatro trozos la fresa (en función del tamaño).
Se pone la fruta en una cacerola grande (sobre todo de boca ancha) y se añade el azúcar (para cantidades mayores lo ideal es repartir la fruta y el azúcar en capas). Se tapa la cacerola con papel film y se guarda toda la noche en la nevera.
Al día siguiente se quita el film y se pone la cacerola a calentar suavemente porque el azúcar, con la humedad se ha cristalizado un poco. Cuando el azúcar se funde aparece un jarabe (el azúcar+el jugo de la fruta). Se apaga el fuego y se cuela la fruta, recogiendo el jarabe en otra cacerola (hay que dejar escurrir un buen rato evitando tocar la fruta para que no se estropee).
Se pone el jarabe a cocer. Cuando empieza la ebullición hay que mantenerla a fuego mediano/fuerte durante unos 10, 12 minutos.
Luego se añade la fruta y se sigue cociendo otros 10 minutos a fuego mediano/fuerte.
Se envasa enseguida en tarros de cristal: se llena el tarro lo máximo posible, se cierra con su tapa y se le da la vuelta.
Cuando el tarro está completamente frío se le puede poner recto y guardar durante varios meses sin ningún problema..... si nadie se come la confitura antes!!!!
Buen provecho
La próxima confitura: la de albaricoque
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